jueves, 24 de febrero de 2011

HUGO BAIERLEIN: Chile No Tiene Un Eje Común Para Salir a Exportar al Mundo



El gerente de Comercio Exterior de Sofofa sostiene que persisten serias falencias a la hora de salir con nuestros productos
¿Cómo describiría el desempeño exportador en las últimas dos décadas?
Hubo un crecimiento importante de nuestros envíos desde 1990 a 2000. Ahora,  desde 2002, aproximadamente, a la fecha, se produce un fenómeno preocupante: hay más empresas exportando -sin considerar la reciente baja, tras la crisis- pero prácticamente los mismos productos.
¿A qué atribuye este fenómeno?
Con la negociación de los tratados de libre comercio (TLC) se abrieron –por ejemplo- los vinos y las carnes en Corea; se crea una suerte de mercado en donde ya varias viñas empiezan a exportar, entonces claramente se empiezan a sumar nuevas empresas, pero para los mismos productos que ya estaban en la Unión Europea y en Estados Unidos.
¿Se están concentrando nuestra oferta?
Descontando el sector forestal, en donde siempre vamos a ser potencia con la celulosa y las maderas, hay que ver qué se va a hacer con el resto de nuestros productos industriales.   Tenemos el talón de Aquiles con el precio del dólar; un tipo de cambio bajo incidido por un alto valor del cobre alto, es decir, a todas luces el panorama no es el mejor.
¿Falta profundidad en el mercado de los seguros cambiarios?
Esa es una medida que tiene que ver con la autoridad y con la parte privada.  Esta última ya tiene una forma de ver los negocios. Sin ir más lejos, todos los vinos que se están exportando se cerraron el año pasado, en definitiva, todo el tema de las coberturas no ha penetrado tanto en la gente.

TAREA
PENDIENTE
¿Cuál es la situación de las pequeñas y medianas empresas exportadoras (Pymex)?
Hay un trabajo pendiente para esas compañías. Los acuerdos consolidaron a los grandes.  Si toma Estados Unidos, Europa y China, y mira qué producto exportamos ¡son los mismos! El cobre, la celulosa, los vinos, los salmones, la harina de pescado... El desafío es incrementar los esfuerzos en rubros como las cajas de velocidades a China o textiles a Estados Unidos, que son intensivos en mano de obra y de especialización para los trabajadores La pregunta es cuál es la política sectorial que queremos seguir como país y cómo la vamos a trabajar con el sector privado.
¿Ha fallado la política comercial, en este sentido?
ProChile tiene un rol de promoción de embarques, pero del total de exportadores el 50% vende a un sólo mercado.  A nivel de productos, hay cerca de 400 que representan el 95% de nuestras salidas.  
Entonces, ¿se ha equivocado la forma de abordar los mercados?
A nuestro entender, sí. Hay que hacer un trabajo por mercado. Más que crear una Subsecretaría de Comercio Exterior, creemos que hay que ordenar los sectores en aras de los destinos.
¿A qué se refiere?
No voy a exportar una camisa a Asia, estaría perdiendo tiempo, pero sí podría exportarla a todos los mercados sudamericanos, a México, hasta Estados Unidos y Europa, sin ningún problema, porque nuestra mano de obra es más barata.  Sin embargo, no se hacen estudios para llevar a la Pymes a estos países; sólo se dice ‘vamos, pero páguense el pasaje, páguense todo…’.   Lo correcto es juntar al sector textil, ver qué posibilidades tenemos y en qué mercado. Primero, hay que evaluar qué fabrico para ese mercado, y no ver qué hago con mi producto, que es lo que normalmente hacemos. En síntesis, hay que cambiar la forma de hacer las cosas.

CUELLO DE
BOTELLA
¿Existe un modelo exportador en Chile?

En Chile no se percibe la existencia de una iniciativa concreta de crear un eje común para salir afuera.  El modelo exportador que se ha dado en Chile, durante las últimas dos décadas –sin que haya una política de comercio exterior oficial- tiene que ver con la inserción que eligió el país para ir al mundo: estamos abiertos al orbe, con un arancel próximo al 0,7%. El tema es que no tenemos productos.  Tendríamos que estar generando productos bajo este nuevo escenario, lo cual significa universidad, que los empresarios inviertan en innovación, y de eso no hay mucho.
En términos institucionales, ¿qué ha ocurrido con vínculo entre los privados y el Gobierno?
Teníamos un consejo público-privado para el desarrollo exportador, pero la administración de Michelle Bachelet lo terminó; nunca más se reunió esa instancia ni se trabajó en ese sentido.
¿Qué se está haciendo hoy en día?
Se está avanzando. En el Ministerio de Economía y en Hacienda se está trabajando intensamente.  Prosperó la ventanilla única, que durante seis años estuvo dando vueltas por distintas partes; y ya se asignaron recursos. El resultado de eso va a ser muy beneficioso, pero es parte de un todo; la otra parte son los mercados y la cosa interna. Estamos acortando los plazos para inscribirse como empresa ¡Muy bien! Pero luego hay que definir cuál es la firma que puede ser exportadora y cuál puede ser abastecedora. Ese es una labor público-privado: ahí está el nudo, el cuello de botella que fluye poco.

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